La maleta de Svetlana estaba lista para la fecha del parto. Pero la emergencia que ella, embarazada, su esposo y su hijo tuvieron que afrontar fue antes otra: la huida a Caritas-Spes, viajando durante diecisiete horas a través de un país que sufre.
A las 5 de la mañana del 24 de febrero, Svetlana oye tres explosiones procedentes de la zona donde se encuentra una base militar. Una hora y media después, escucha las noticias del comienzo de la guerra. Svetlana está embarazada de su segundo hijo. Su maleta ya estaba lista en caso de que tuviera que correr al hospital para el parto, y por la misma razón el tanque del coche siempre estaba lleno de gasolina. Pero la emergencia a la que se enfrenta ahora es otra.
A las 8:30, toda la familia se va de casa. El pequeño Yelysei no se preocupa por esta huida repentina, está acostumbrado a viajar con sus padres y, cuenta mamá, «no entiende lo que es la guerra, aunque intentamos explicárselo. El corazón de un niño está lleno de amor y bondad, y debe permanecer inocente.»
Svetlana ya conoce la estructura de la Caritas Spes en los Cárpatos, allí es donde quiere ir, para ella es «un lugar seguro y mágico», había pasado allí unas vacaciones en verano. Dirigiéndose hacia el oeste, el marido conduce durante 17 horas. Pasan por encima de la ciudad de Uman, cuyo cielo está cubierto de nubes de humo causadas por los bombardeos de los depósitos militares; se ven obligados a tomar desvíos para evitar chocar con zonas peligrosas; atraviesan un país que la mujer llama «sufriente.»
Es un viaje lleno de ansiedad, pero Svetlana trata de mantener la calma para tranquilizar a su hijo y para no dañar a la niña que espera, y que ya tiene un nombre, Kateryna: «La guerra es un acontecimiento trágico, pero quiero mirar al futuro con optimismo por el bien de los niños. Creo que en estos tormentos se forma la nación. La fe nos ayuda a soportar cualquier prueba. Debemos permanecer firmes y esperar la salvación. Se recoge lo que se siembra. Y espero que mi hija viva una vida larga y feliz, junto con otros niños de nuestro maravilloso país.»
(El texto es un resumen del artículo publicado en el sitio web de Caritas-Spes Ucrania, del cual también se ha tomado la fotografía)