En Siria, cuando la joven Nagham descubrió que tenía leucemia, no abandonó su optimismo y con el proyecto «Semillas de Esperanza» pudo asegurarse medicamentos muy caros en Homs.
Nagham Wassouf es una joven siria de 34 años, tiene un máster en Ciencias de la Nutrición en la Universidad Baath y vive con su marido en una casa en el barrio de al-Nouzha en la ciudad de Homs. En marzo de 2021, su vida cambió: descubrió que tenía leucemia.
Pero al dolor concreto y cotidiano de tener que recorrer este camino para vencer la enfermedad, sobre todo en un país en guerra, se han añadido las dificultades financieras: los medicamentos necesarios para curarse en Siria, cuando se pueden encontrar, tienen un costo muy alto. La madre de Nagham logró ponerse en contacto con el proyecto «Semillas de Esperanza», lo que permitió a Nagham hacer frente al problema económico, continuar con el tratamiento y no renunciar a la atención sanitaria.
La mujer, con su optimismo, es contagiosa. Cuando el médico le hizo el diagnóstico «recibí la noticia con una sonrisa y continuaré mi viaje hacia la curación con la misma sonrisa.» La Navidad pasada adornó el árbol de su casa con frascos de medicamentos tomados durante su «viaje», que ella misma decoró y transformó en algo hermoso.
Nagham se encuentra ahora mejor, se está recuperando y sigue recibiendo el apoyo económico y moral de los operadores del proyecto. A pesar de la leucemia y la guerra, quiere continuar su trabajo como nutricionista y quiere superar todos los obstáculos. Para sí mismo y para los demás. Siempre con una sonrisa.