Todo el mundo confía en Rojan, el chico con problemas auditivos que asiste al centro EHIS en Alepo apoyado por el proyecto Semillas de Esperanza de AMU. Todos admiran su bondad y su cuidado de los demás hasta convertirse en un punto de referencia para sus compañeros de clase.
Rojan es un joven con sordera grave que no puede hablar. Comenzó a asistir al centro de EHIS en Alepo, Siria, entrando en primer grado, aunque era unos años mayor que sus compañeros de clase. Lamentablemente, la guerra y sus graves consecuencias en el país le impidieron acceder antes a la escuela para niños con problemas de audición apoyada por el AMU a través del proyecto de Emergencia Siria Semillas de Esperanza. Sin embargo, Rojan se tomó muy en serio este compromiso de estudio.
El chico tiene un talento: la pintura. Pintar es su forma de expresarse, también está convencida de ello su profesora Natalie, que describe así su capacidad de mirar siempre a los demás: «Cuando empecé a trabajar en el centro EHIS, Rojan me ayudó mucho con el lenguaje de signos. Siempre ha ayudado a sus compañeros de clase».
A pesar de la diferencia de edad entre Rojan y el resto de su clase, el chico se las arregló para construir una relación muy fuerte con ellos. Ejemplo de ello es el vínculo establecido con el pequeño Zaid, un alumno de primer grado. Cuenta la maestra que el niño se sentía triste y asustado porque sus padres se veían obligados a abandonarlo por sus abuelos al tener que abandonar Alepo. Sin embargo, antes de irse, la madre de Zaid fue a hablar con los educadores del centro EHIS y les pidió que hicieran lo posible para que Rojan y Zaid pudieran pasar tiempo juntos porque Rojan es un chico cariñoso y su cercanía podría ser de alivio y apoyo para Zaid.