Pensó que se vería obligado a dejar su ciudad, Homs, y a sus padres, para buscar trabajo en otro país. En cambio, Saliba, de 22 años, está a punto de abrir un supermercado.
La tienda del padre de Saliba ha sido destruida, su calle está llena de escombros, las casas destrozadas por las explosiones. Pero Saliba no se ha rendido, con la fuerza de sus 22 años todavía está allí, en la ciudad de Homs, en la zona Bab Tadmor _Wadi al-Sayeh, donde vive con sus padres, con un proyecto preciso en mente.
Sin embargo, Saliba Al-Khory tenía otros planes para su futuro. Después de terminar la secundaria, pensó en irse de Siria para buscar nuevas oportunidades en otros lugares. En ese local de Homs, su padre trabajaba como vidriero, pero durante la guerra lo perdió todo. El único ingreso para mantener a la familia es la pequeña pensión que cobra el padre de Saliba.
Cuando se presentó la oportunidad de volver a partir de esos escombros, Saliba no se echó atrás: el joven se incorporó al proyecto RestarT (Volver para quedarse), dirigido a personas desempleadas con experiencia en actividades productivas o comerciales. Con este apoyo – que incluye el suministro de herramientas y todo lo que pueda necesitarse para empezar el negocio – Saliba ya está trabajando para transformar una antigua tienda en un minimercado, donde en las estanterías también encontrará quesos, yogur y mantequilla hechos artesanalmente por la madre. Gracias a RestarT, Saliba ya cuenta con una nevera para bebidas y un generador de energía, así como con una amplia gama de productos para la venta, como legumbres, aceites, especias, café.
Siempre está a su lado el anciano padre. Sin embargo, como las cosas buenas vienen de la mano de otras cosas buenas bajo el signo de la reciprocidad, el chico expresó un deseo: en los días en que el supermercado esté cerrado, Saliba distribuirá cestas de comida a algunas familias que lo necesiten.