Ha sido necesario seguir garantizando cuidados y alimentos para la cría de conejos y comenzar a vender el ganado, ampliando su alcance a nuevos mercados, incluidas las comunidades vecinas. Se ha seguido sensibilizando a las comunidades sobre las adicciones, proponiendo el proyecto e implicándolas en los trabajos de acondicionamiento de la casa de acogida. El taller de carpintería, ya en pleno funcionamiento, dedicó la producción a los últimos muebles necesarios para el acabado de la estructura y se reforzó la capacidad del equipo local para la gestión de las actividades agrarias.
Entre junio y agosto, para hacer frente a la emergencia Covid, las actividades del proyecto se centraron en apoyar las casas de acogida para la desintoxicación de jóvenes y adultos adictos a sustancias del municipio de Nezahualcóyotl, con las que el Movimiento Juvenil Urbano A.C. y Promoción Integral de la Persona A.C., promotoras del refugio, trabajan desde hace más de 5 años. .
Estas casas funcionan gracias a las donaciones de las familias de los huéspedes o a la recaudación de fondos de los donantes locales, y el cierre, con la disminución de las actividades y la crisis económica de estos meses, ha reducido las donaciones.
El proyecto de emergencia proporcionó alimentos, equipo de protección personal y artículos de primera necesidad a 4 casas y 270 personas, y logró crear un círculo de reciprocidad entre las mismas casas donde quienes tenían un excedente, en comparación con lo recibido, decidieron ponerlo a disposición de las demás.
Una vez arreglada la zona alrededor de la estructura, a finales de septiembre fue posible finalmente acoger en el Refugio a los primeros 7 niños: Efraín, Christian, Leonel, Ángel, Alejandro, Sergio y Enrique, quienes, tras finalizar el período de desintoxicación, pueden iniciar su camino de inclusión social y laboral.
En un escenario todavía inestable, seguimos trabajando para que el proyecto pueda asegurar el apoyo adecuado a los caminos de reinserción de los huéspedes, impulsados también por palabras como las de Alejandro: «Quiero formar parte de esta primera generación de San Benito y experimentar las posibilidades que ofrece el modelo LiberarSé. Estoy seguro de que la logoterapia, la vida de oración, el trabajo y la comunidad en un ambiente tan tranquilo y pacífico, a las puertas de la ciudad, me ayudarán enormemente a continuar mi paso hacia la liberación que deseo ardientemente para mi vida y para las personas que me rodean.»