Las consecuencias de la pandemia y las medidas restrictivas han puesto a la población de Cuba en una situación desesperada.
En Cuba, muchas actividades durante el periodo de la pandemia tuvieron que cerrar o reinventarse profundamente para sobrevivir, sin poder contar con ayudas efectivas del gobierno.
El bloqueo del turismo internacional y las restricciones impuestas por la anterior administración estadounidense, que entre otras cosas prohibió el envío de remesas de emigrantes a Cuba en EE.UU., también provocaron una escasez de divisas internacionales y una reducción de las importaciones incluso de productos de primera necesidad.
Hoy en día, la población, aunque recibe un salario muy bajo en moneda local por término medio (unos 60 dólares al mes), se ve obligada a comprar, o a no comprar, productos de primera necesidad que se venden a precios del mercado internacional.
Además, se han suprimido las subvenciones a la electricidad y se han limitado las de los alimentos y productos de primera necesidad.
En este contexto de grandes dificultades, el pasado mes de agosto el gobierno local permitió por primera vez a los ciudadanos cubanos crear micro, pequeñas y medianas empresas privadas en forma de sociedades y ya no sólo como empresas individuales. Un cambio importante y un reto para el que la comunidad empresarial local debe estar preparada.
Con el fin de acompañar a los pequeños autónomos para que aprovechen las oportunidades que ofrece esta operación, el proyecto pretende dotarles de las herramientas legales y administrativas y de los conocimientos adecuados para la gestión de empresas privadas.
El eje del proyecto será la formación para gestionar un negocio según los principios de la Economía de Comunión y la Economía de Francisco.
El Espacio ECO, que se creó como lugar de aprendizaje e intercambio sobre estos temas, puede ser ahora un punto de referencia para todas las personas que tengan el deseo de trabajar por su cuenta y con una visión del impacto social de su actividad.
Los participantes podrán contribuir voluntariamente, cuando las condiciones de sus respectivas empresas lo permitan, al Fondo de Reciprocidad que está activo desde hace algunos años. Este fondo, al que contribuyen las empresas que han abrazado la Economía de Comunión en Cuba, apoya nuevas iniciativas empresariales en la fase de arranque o en momentos de especial necesidad.
- Acompañamiento técnico individual para pequeñas iniciativas empresariales y microempresas ya establecidas, basado en un estudio de necesidades personalizado;
- formación personalizada sobre administración de empresas y Economía de Comunión
- curso de formación sobre la Economía de Francisco;
- encuentro nacional de microempresarios para una economía solidaria
- encuentros regionales de intercambio de competencias entre microempresarios, presenciales y a distancia
- estudio de viabilidad de una actividad de marketing en red entre los microempresarios participantes
- publicación de artículos de formación sobre el espíritu empresarial y la Economía de Comunión;
- feria comercial abierta a los microempresarios.