La guerra en Ucrania interrumpió bruscamente la vida de esta profesora de matemáticas, que ahora se ve obligada a vivir lejos de su pueblo y de sus alumnos. Pero incluso una revisión ocular puede ser un momento de esperanza para mirar al futuro.
El centro médico de Cáritas-Spes es una encrucijada de historias. De vidas interrumpidas por la guerra y que buscan aquí un nuevo comienzo para retomar lo que se cortó bruscamente por el estallido del conflicto. La historia de Svitlana es una de estas.
La mujer tiene 58 años y es originaria de la localidad ucraniana de Enerhodar, en el sureste del país, cerca de la central nuclear de Zaporižžja. Allí vivió toda su vida anterior. Trabajaba como profesora de matemáticas en una escuela: “Buscaba enseñar a los niños a pensar”, dice ahora con lágrimas en los ojos, “toda mi vida, amigos, parientes, mi anciana madre, se quedaron allí. Y no hay forma de ir a casa de mi madre porque los rusos no dejan entrar a nadie”.
Svitlana es una de las pacientes del centro médico de Cáritas-Spes Ucrania de Chernihiv, donde se ha sometido a algunas revisiones y ha encontrado apoyo psicológico para sobrellevar estos meses de extrema vulnerabilidad. No es fácil. El vínculo con su ciudad y los alumnos que dejó atrás es fuerte. Siempre que puede, enciende el ordenador y sigue enseñando matemáticas a sus alumnos a distancia: “Reconstruiremos todo, estoy segura. Y no veo la hora de volver a mi escuela, sueño con una clase real, en vivo, ¡sueño con mirar a mis chicos a los ojos y no en línea!”.
La esperanza, en el corazón de Svitlana, no se desvanece.
En el ambulatorio de Cáritas-Spes también le hicieron una revisión ocular. Le regalaron un nuevo par de lentes, los viejos ya no le servían. Y estaba contenta, porque la guerra también le había quitado la oportunidad de ver a un especialista. Ahora puede prepararse mejor para sus clases de matemáticas.
El apoyo médico de Cáritas-Spes a la población ucraniana también es posible gracias a los fondos recaudados por la Coordinadora de Emergencia del Movimiento de los Focolares, a través de AMU y AFN.