Las mujeres de Macará continúan, a pesar de las dificultades, llevando adelante las actividades iniciadas por el proyecto de reconstrucción social y económica que surgió en Ecuador tras el terremoto.
Después de la fuerte crisis provocada por el terremoto que asoló Ecuador en 2016, las mujeres de la comunidad de Macará no se desanimaron y, con el apoyo del proyecto Sunrise, iniciaron y aprendieron a gestionar algunas actividades productivas, incluida una granja comunitaria de pollos. El comienzo no fue fácil, pero después del primer período de trabajo, la llegada de la pandemia provocó un colapso de las ventas.
Ahora que se vislumbra una lenta reapertura y recuperación económica, las mujeres, gracias al acompañamiento del proyecto, han analizado las causas de la caída de las ventas y han ideado nuevas estrategias para ampliar su base de clientes.
Gracias a una nevera y una cortadora de rebanadas, adquiridos con el fondo de reciprocidad, y a la idea de empezar a cocinar platos locales a base de pollo y cerdo, ahora pueden almacenar y ofrecer más formatos y soluciones para las diferentes necesidades.
El proyecto Sunrise en Ecuador para las mujeres de Macará no solo significó una gran oportunidad para contribuir económicamente a los presupuestos familiares, sino que, sobre todo, significó una mayor autonomía personal y una mayor autoestima.
Además, se ahorra el 20% de los ingresos procedentes de las actividades gestionadas por estas mujeres, y hasta ahora ese capital se ha utilizado para introducir varias innovaciones en la Casa Municipal. Ahora tenemos acceso a la electricidad y un nuevo muro protector que permitirá, en breve, instalar una sala de ordenadores para los niños de toda la comunidad con la contribución conjunta de AMU y AFN para instalar ordenadores y acceso a Internet.
Gracias al apoyo y acompañamiento del Proyecto «Ecuador Sunrise +», la comunidad de mujeres de Macará no es sólo una comunidad de empresarias del futuro, sino un grupo protagonista de su presente y del cambio en curso.