Samer, es el director del Centro Médico de Homs para el programa «Semillas de Esperanza» en Siria. Todos los días, además de ayudar a los pacientes que participan en el programa, proporcionándoles apoyo para continuar con el tratamiento, las pruebas y los análisis necesarios, Samer busca otras formas de ayudar también a los que no reciben apoyo del programa, involucrando a familiares y amigos en la búsqueda de nuevos fondos para las familias necesitadas.
Fadia y Eliana, que eligieron acompañar a Samer en la búsqueda de nuevos subsidios, cuentan que al principio no fue fácil y estaban realmente desanimadas, sólo la paciencia y la fe de Samer las convencieron de no detenerse sólo porque algunos intentos no habían tenido éxito o porque en un día habían conseguido poca ayuda.
«Empecemos y Dios nos ayudará», les repite Samer. Y así fue, comenzaron aportando su contribución y pronto recibieron una importante donación, a la que siguieron otras hasta que los ingresos fueron suficientes para mantener a 20 familias con pollo, café y otros artículos de primera necesidad, además de una pequeña cantidad de dinero.
La sincera gratitud de quien recibió ese pequeño apoyo, el relato de quien recibió ayuda precisamente en el momento en que había terminado todo, también la esperanza, la conciencia de que, como dice Samer: «la alegría ha entrado en aquellas casas y en aquellos corazones», han vencido todas las perplejidades y dificultades iniciales de Fadia y Eliana.
Con reciprocidad, ¡sólo hay que empezar! Todos nosotros, con un pequeño gesto, nuestra disponibilidad, nuestro entusiasmo por implicar a los demás, podemos iniciar un círculo de solidaridad mutua para llevar alegría a los hogares y a los corazones de quienes viven momentos difíciles, como las familias sirias agotadas por las consecuencias de una guerra.