Un lugar de trabajo que se convierte en comunidad y apoya a un joven senegalés en su camino hacia la inclusión social-laboral en Italia. De esta comunidad nace una fuerte amistad. La que une a Youssouf y Matteo.
Matteo es un técnico responsable del taller del Molino Casillo, en Corato, Puglia. La sala en la que trabaja es lo que él llama “el corazón de la empresa”, porque allí se prueban todas las harinas que luego saldrán al mercado. La empresa de Puglia es una de las mallas de la red Fare Sistema Oltre l’Accoglienza, el programa de AMU que promueve la integración social y laboral de personas vulnerables, italianas y extranjeras. En esa misma sala, junto a Matteo, trabaja también Youssouf, un chico senegalés que AMU sigue desde hace tiempo, acompañándolo en un camino de inclusión.
Matteo y Youssouf se conocieron en Bolonia, donde se convirtieron en compañeros de trabajo y amigos: “Matteo me enseñó este trabajo, a hacer la focaccia y el pan, en Senegal hacía sólo la baguette. Estoy muy contento. Es un buen tipo, un hermano”.
Los dos se turnan entre las máquinas del taller, colaboran lado a lado, pasándose herramientas y harina. Tienen dos caracteres complementarios: Matteo charla, bromea, ríe; Youssouf es taciturno, se mueve con atención y cuidado en el entorno de trabajo. Ambos realizan un trabajo que los apasiona: “Desde hace unos meses, Youssouf me dice que le gustaría abrir una panadería en Senegal para dar trabajo a los hermanos. De hecho, está ahorrando algo de dinero para este proyecto”. Si Youssouf necesita algo, Matteo le da una mano, sin pensarlo dos veces.
El camino de inclusión de Youssouf en Italia fue posible gracias a personas como Matteo y a una comunidad que ha hecho red: sus compañeros de trabajo, por supuesto, pero también la empresa para la que trabaja, que creyó en la posibilidad de formar y emplear a este chico inteligente.