Acqueline conoció el proyecto a través de algunos miembros del grupo y decidió unirse a él justo cuando los miembros -que habían logrado reunir suficientes ahorros- estaban reflexionando sobre una nueva e innovadora estrategia de negocio común.
De hecho, el grupo entendió que con los fondos recaudados, además de satisfacer las solicitudes de préstamos individuales, se podían iniciar actividades colectivas. En particular, se optó por criar vacas, cabras, cerdos y ovejas. El mecanismo de gestión prevé que, una vez adquirido, el animal se entregue por turnos a uno de los componentes. De esta manera, los miembros no sólo tienen leche y estiércol, esenciales para vivir y fertilizar los campos, sino que, cuando el animal se reproduce o se vende, financian otras actividades del grupo.
«Participar en el grupo ya me ha ayudado – dice Acqueline – si necesito un préstamo el grupo está siempre ahí y me dan el dinero con gusto y confianza, a diferencia de lo que pasaría si me dirigiera a un particular. Lo importante es demostrar que podemos empezar un negocio y luego devolver el crédito. Además, la cabra que recibí del grupo ha dado a luz dos cachorros: uno se quedará conmigo y el otro se lo daré al grupo.»
Estar en el grupo ha generado nuevas ideas, como nos confirma Acqueline: «Ahora muchos están empezando a comprar mascotas para criarlas. O se compran racimos de plátanos, raros en esta localidad, para producir vino de plátano para vender aquí. Muchos están empezando a invertir en activos que les permiten crecer, que es el valor añadido de estar juntos. El ejemplo más claro es que ahora se ha llegado a pensar en una actividad colectiva para hacer juntos, mientras que antes el dinero sobrante se guardaba en el fondo y no conducía a nada.»
Ahora Acqueline está plenamente satisfecha con su participación en el grupo de microcrédito comunitario, siempre está dispuesta a convencer e involucrar a nuevos miembros y tiene otros planes en mente: comprar otra cabra para ampliar la granja y obtener una suma para renovar el establo que durante la estación seca siempre causa graves daños debido al viento. Es la única manera de que pueda dar un refugio seguro a sus cabras.
La fuerza del proyecto Se puede hacer ! «es precisamente en el espíritu de comunión del grupo, no sólo por las posibilidades que el ahorro común puede ofrecer, sino por el compromiso y las ideas que cada miembro lleva consigo y ofrece, en signo de reciprocidad, a todos los demás.
[/vc_column_text]
[/vc_column][/vc_row]