Ahora que el gobierno se ocupa de la campaña de vacunación, el barco hospital sigue prestando asistencia a las comunidades de riberinhos.
El gobierno brasileño también ha regularizado la administración de vacunas a los habitantes de los siete municipios de la Baja Amazonia, llegando en todos los casos a más de la mitad de la población.
En este escenario, facilitado también por la movilización internacional de muchas realidades y la campaña “A Vaccine for all” #daretocare, el barco hospital Papa Francisco ha podido retomar las actividades de asistencia a las familias y a los que necesitan tratamiento después de contraer el virus, previstas en el proyecto “Prevención, vacunación y tratamiento de los riberinhos.” En este camino, ha sido fundamental también la aportación de la diócesis de Óbidos para la compra de una central para la producción de oxígeno, elemento fundamental para los enfermos.
En los últimos meses, gracias a la generosidad y la sensibilidad de muchos donantes, se han recaudado fondos que el barco hospital utilizará para hacer frente a dos graves problemas surgidos durante este período. Debido a las inundaciones de este año, muchas familias han perdido sus hogares y sus puestos de trabajo (la pesca, su principal medio de vida, es casi inviable). Por ello, se sigue ayudando a la población con artículos de primera necesidad y con productos básicos de higiene y prevención.
Además, en el momento de la emergencia se suspendieron muchos tratamientos y cirugías.
Hoy, gracias al cambio de la situación, los barcos hospital Papa Francisco y Papa Juan Pablo II están realizando diversas visitas, análisis médicos, terapias, como odontológicas y operaciones, desde las quirúrgicas a las oftalmológicas, llegando a las poblaciones más aisladas, que ya antes tenían dificultades para llegar al hospital.